El editor de Les Inrockuptibles tenía razón cuando hablaba de sentir envidia por quienes no conocían aun la obra de Scott Walker. Y decía sentir envidia, porque del momento que conocieran su música, comenzarían a vivir una serie de experiencias que el ya vivió y que recuerda con nostalgia, porque fueron de esos momentos grandiosos en su relación con la música. Y no es para menos.

Fue por casualidad que llegué a este documental, el cual trata de la vida y creación de un tipo del que nunca había escuchado hablar. Originalmente nacido como Noel Scott Engel, este norteamericano integró durante los años 60’s una banda llamada The Walker Brothers, donde él tocaba el bajo. Luego pasó a las voces y la carrera de estos no-hermanos despegó con un sello caracterizado por el especial timbre de voz de Scott.

En 1968 deciden separarse y Walker inicia una carrera solista marcada por la vanguardia. A veces incomprendido al punto que sus discos mientras iban mejorando, comenzaban a no tener respuesta de parte del público. Los que siempre estuvieron al lado de Walker -y lo hacen hasta el día de hoy- son los críticos, quienes no han temido en catalogarlo como uno de los compositores y músicos más sobresalientes de la historia de la música moderna. A ese nivel.

Scott Walker: 30 Century Man (2006) es un excelente documental en el que su autor logra meterse en la vida artística de un sujeto misterioso, no muy amigos de las cámaras y de las entrevistas, más bien solitario y preocupado de su arte. Músicos como David Bowie, Damon Albarn, Jarvis Cocker, Marc Almond y tantos otros, son los encargados de testimoniar la influencia que el trabajo de Scott Walker tuvo en sus vidas musicales.

Hoy escucho feliz la discografía de este crooner oscuro y adelantado, un hombre del s.XXX que en épocas donde todos intentaban cambiar la historia y lo hecho, redefinió la avant garde, con una calidad musical que llega a sobrecogoer. Absolutamente recomendado. – imdb – wiki